La dirección general y el interim management

Todas las crisis son momentos de oportunidad para empresas que quieren dar el salto. El momento actual puede ser el ideal para hacer un replanteamiento definitivo hacia un proyecto más consolidado, mejor estructurado y, por tanto, con más beneficios, que nos aporte más probabilidades de perdurar en el tiempo.

Si queremos dar un nuevo empuje a nuestra situación, una opción muy interesante es la de un Director General Interim, que pueda desarrollar esta misión durante un plazo determinado acordado con la empresa contratante, analizando la situación actual de la empresa y desarrollando un plan de acción que garantice una mejora competitiva. Dependiendo del tamaño y del grado de profesionalización de la compañía, la duración de este tipo de misiones suele durar entre 12 y 24 meses.

Los interim managers se están poniendo de moda (en EEUU rondan el 40% de los puestos directivos y en el Norte de Europa un 25%). Si esto es así es por la gran flexibilidad que aporta a las empresas contratantes. Los Interim son profesionales senior, con una experiencia superior a 20 años en grandes proyectos, que aportan un gran conocimiento, gran seguridad en la consecución de objetivos y un buen retorno de la inversión, dado que han desarrollado proyectos como el tuyo anteriormente en varias empresas, y lo mejor de todo es que conocerás el coste con anterioridad. Este coste puede adecuarse al presupuesto de las empresas, que quizás no pueden permitirse pagar un sueldo de 6 cifras a un CEO propio.

La empresa, gracias a la colaboración con un ínterin, recibe una factura mensual, en vez de engrosar su estructura con un coste fijo elevado al que se le suma otro que también debe tenerse en cuenta, como es el de la Seguridad Social.

El perfil de empresa que contrata este tipo de servicios suelen ser empresas medianas de cualquier sector y que necesitan estos perfiles para profesionalizar distintos departamentos.

Los proyectos se desarrollan consensuadamente con la propiedad de la empresa. El profesional Interim realiza primeramente un análisis AS/IS (cómo está la empresa actualmente) para desarrollar posteriormente un TO/BE (dónde queremos estar al final del proceso acordado para nuestra misión). La prioridad de los proyectos a atacar se acuerda también conjuntamente, y el Directivo Interim se encarga de su desarrollo e implantación.

Otra de las ventajas de contratar un Interim es que debe garantizar que todo lo desarrollado debe seguir funcionando a su marcha.

A nivel de Dirección General, cualquier empresa que quiera dar un salto deberá trabajar de manera excelente los puntos que resumo a continuación:

La dirección de la compañía: Contar con un equipo directivo totalmente preparado para liderar un proyecto ambicioso de crecimiento que nos posicione donde queremos. Características que debe tener este equipo. Estructura humana de la sociedad.

ADN de la firma: El 80% del éxito de las compañías reside en definir y aplicar una buena cultura. La mayoría de empresas de éxito han tenido la capacidad de proyectar su ADN y su pasión por toda su organización. Acostumbran a tener estructuras bastante planas, los directivos y también el propietario son cercanos y accesibles y la burocracia es casi inexistente porque se basan en la confianza. ¿Sabes cuál es tu ADN actual? ¿Cuál es el ADN que quieres para crear tu empresa de éxito? ¿Le sacas el rendimiento que necesitas? ¿Sabes cómo aplicarlo?

Estrategia de la compañía: Tener una estrategia para el éxito a 3, 6, 12, 24 y 36 meses, escribirla, y que todas las personas de la organización, de la primera a la última, la tengan interiorizada, marca una línea entre empresas que sobreviven y empresas excelentes.

Tener objetivos claros y realizables, contar con el talento necesario para desarrollarlos, saber cómo podemos lograrlos, qué necesitamos para llegar y, sobre todo, qué errores no debemos cometer. Tener una política de formación excepcional, tanto de cara adentro (plantilla), como de cara afuera (clientes).

Tener claro que nuestro nicho es el de la calidad, el servicio, la cercanía al cliente, la innovación, el diseño, la obsesión por añadir valor y por eliminar todo lo que no lo aporte, ya que no vamos a poder (ni debemos) competir por precio con mercados como China, Turquía, etc.

Las personas: Tener a las personas adecuadas, prescindir de las inadecuadas y poner en los puestos correctos a las personas idóneas debería ser la obsesión de todo propietario. El talento no tiene precio y, en cambio, tiene un retorno de la inversión rápido y alto.

Si tenemos las personas adecuadas podremos poner el foco en gestionar nuestra organización, y no en tener que controlar qué hacen nuestros equipos.

Las personas adecuadas quieren formar parte de un equipo ganador, contribuir a generar resultados palpables, visibles. Cuando la gente empieza a notar un aire fresco se contagia de optimismo, se arrima al éxito y empuja con nosotros.

Los profesionales adecuados no necesitan que se les motive, están automotivados, no necesitan que se les controle, son altamente exigentes. Trabajaremos cómo crear equipos de alto rendimiento mediante programas de detección y retención del talento y empowerment de las personas.

La excelencia en las operaciones: Obsesión por la calidad de procesos y productos desde que se genera una idea en la cabeza de alguien hasta que llegan a las manos del cliente.

Saber cuándo debemos producir y cuándo debemos externalizar. La importancia de comprar bien para poder vender bien.

Saber si podemos producir en lugares que sean más convenientes para nosotros, ya sea por precio, calidad como proximidad para el cliente.

Aplicación de políticas 5S y erradicación de desperdicios. Logística, almacenes, gestión de stocks y servicio postventa de calidad.

Estos proyectos se gestionan con un control muy directo y cercano con la propiedad, con reportings y entregables mensuales. Gracias a la visión 360 del Directivo Interim, se pueden desarrollar varios procesos en paralelo e ir consiguiendo resultados que impacten positivamente al EBITDA mientras se desarrollan procesos que requieren más tiempo.

Me encantan las empresas lideradas por mujeres

Todo apunta a que el hemisferio derecho, que posee una mayor proporción de materia gris, está más desarrollado en las mujeres. Esto les facilita tener una habilidad mucho más avanzada para la expresión verbal.

También procesan mejor la información, y de una manera más rápida.

Son más directas, más detallistas, menos belicosas y tienen menos necesidad de competir y de alimentar su ego que la mayoría de los hombres.

Pero una de las características que más me gustan profesionalmente de las mujeres es su habilidad para crear comunidades y hacerlas crecer, estableciendo relaciones basadas en la confianza y en la bondad.

La confianza y la falta de necesidad de competir hace que las estructuras de sus empresas sean más planas, menos jerárquicas, más amables y, por tanto, mucho más rápidas, más ágiles y más eficientes.

Estadísticamente, en los países liderados por mujeres hay menos guerras, y más consciencia de comunidad. La base de la prosperidad sostenida y sostenible se basa en la colaboración, no en la competición. Así serán las empresas que triunfen en el siglo XXI.

Las guías mujeres, posiblemente por todo lo que han tenido que luchar por obtener una posición de liderazgo, compaginándola con todo el resto de quehaceres personales que se les exige, son mucho más facilitadoras de los horarios flexibles, la conciliación familiar, el teletrabajo y muchos otros aspectos que se derivan de la confianza y que aumentan la felicidad de las personas en el trabajo.

Hace unos días leía escandalizado que en el 70% de las empresas catalanas no hay ninguna mujer en posiciones directivas. Tenemos que evolucionar todavía mucho a nivel de consciencia en nuestro país.

Si eres un empresario y necesitas un buen líder, no dudes en tener en cuenta una posición femenina para guiar a los profesionales de tu empresa.

Me encantaría escuchar tu opinión sobre este post.

Empresas que funcionan

Uno de los aspectos que más diferencian a las empresas que funcionan de las que no, es la relación de la propiedad con la confianza.

Si el empresario tiene unos valores trabajados, los llevará al ADN de la compañía. A lo largo de mi carrera, he podido constatar que la mayoría de empresas que han triunfado han tenido la capacidad de proyectar su ADN y su pasión por toda la empresa.

Son organizaciones que acostumbran a tener estructuras bastante planas. Los directivos y el mismo propietario son muy cercanos, se les acostumbra a tutear, y la burocracia es casi inexistente. Todo ello porque existe la confianza.

Las organizaciones planas nos ayudan a no tener una estructura pesada, favorecen la comunicación, eliminan la parte engorrosa de las jerarquías, son más baratas, más accesibles, y sobre todo mucho más rápidas. Y ya sabes que el pez rápido se come al lento.

Directivos y propietarios cercanos son un síntoma inequívoco de seguridad, de tranquilidad, de cercanía, de expertise. Todos estos son valores que nos ayudan a generar buen clima en nuestras empresas. La información tiende a fluir a raudales.

No necesitamos la burocracia, porque ésta se inventó para controlar procesos y personas en las que no se confiaba. De mi etapa en MANGO, recuerdo que a menudo repasaba proyectos con su propietario, quien me decía: “de este elemento compra 200.000 unidades” y se iba.

Un rápido cálculo mental me evidenciaba que estábamos hablando de una compra de 4 millones de Euros.

La primera vez, un escalofrío recorrió mi columna al pensar: “realmente, espero que su cálculo no falle… y que se acuerde que fue él quien pidió comprarlas”. Con el paso del tiempo, ya sabía que nunca había problemas, porque había una relación de confianza.

Primero, de él consigo mismo. Se acordaba perfectamente de todas las conversaciones, de todo lo que había indicado comprar, del qué, de cuánto y del por qué. Y después, de él conmigo. Si se habían comprado 200.000 había una razón de peso.

El extremo opuesto son empresas en las que he visto que se necesitan 3 o hasta 4 firmas para poder hacer un pedido, porque nadie confía en nadie.

No te estoy diciendo que para que tu empresa funcione, tienes que dar rienda suelta a todo tu personal.

Debes encontrar tu propia receta y tu propia dimensión. La que a ti te funciona. Pero debe estar basada en la confianza.

¿Y cómo se consigue la confianza en las organizaciones? Contratando a las personas adecuadas. Si te rodeas de talento, no tendrás que invertir tu tiempo en controlar a tus equipos, sino que podrás dedicarte a gestionar el sistema.

Si tu tendencia natural es a desconfiar de todo, será muy difícil que tu empresa funcione como un reloj y que en ella el clima laboral sea bueno. Por lógica, puedes desconfiar de alguien con quien te hayas equivocado al contratarle.

Tienes que solucionarlo lo antes posible. Pero si tu tendencia es a desconfiar de todo y de todos, seguramente tengas un problema con la confianza en las relaciones y lo transportas al terreno profesional.